Desde UGT denunciamos con absoluta rotundidad que la siniestralidad laboral sigue cobrándose vidas a un ritmo intolerable.
En el primer trimestre de 2025, 162 personas han perdido la vida mientras trabajaban. Son 162 familias rotas. 162 tragedias perfectamente evitables. Y lo más grave: detrás de cada una de ellas hay una omisión preventiva, una ley incumplida, una responsabilidad de quien debió vigilar la salud en el trabajo.
¡Basta ya de mirar hacia otro lado!
Cada semana, cada día, asistimos a un nuevo parte de guerra en forma de accidente mortal: Asturias, Euskadi, La Rioja, Madrid… La geografía cambia, pero el patrón se repite. Falta prevención. Sobran excusas. Nos encontramos ante una emergencia laboral que exige respuestas inmediatas y contundentes.
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales necesita una actualización urgente.
Las condiciones de trabajo del siglo XXI han cambiado, pero la normativa no ha evolucionado al mismo ritmo. A los riesgos físicos tradicionales —caídas, aplastamientos, golpes— se suman los nuevos riesgos derivados de la digitalización, el cambio climático o la presión psicosocial. El estrés, la ansiedad y la depresión están detrás de miles de bajas y, en demasiadas ocasiones, de muertes como infartos y derrames. No podemos seguir negando la relación entre salud mental y condiciones laborales.
Queremos hechos, no promesas.
Exigimos que se actúe de forma decidida en la Mesa de Diálogo Social para reformar la legislación preventiva y adaptarla a las nuevas realidades laborales. Pero también reclamamos más medios para la Inspección de Trabajo, y la implantación inmediata de la figura del delegado o delegada territorial de prevención que pueda llegar a las miles de pequeñas empresas que hoy carecen de la mínima cobertura preventiva.
Un tercio de los accidentes en las pymes se producen sin evaluación de riesgos. Esto es ilegal. Esto mata.
Y si se incumple la ley, debe haber consecuencias. Exigimos a la Fiscalía que actúe. Que investigue. Que lleve ante los tribunales a quienes, por acción u omisión, colocan cada día a miles de trabajadores y trabajadoras en riesgo. La impunidad mata. Y no vamos a tolerarla.
Desde UGT denunciamos: los accidentes laborales no son inevitables. Lo que falta es voluntad política y control efectivo.
Reforzar la protección de la salud en el trabajo, especialmente la salud mental, no es un lujo. Es una obligación legal, moral y democrática. El derecho más básico es el derecho a volver a casa con vida.
Exijamos prevención. Exijámosla ya. Porque nada vale más que tu vida. Porque el primer derecho en el trabajo es el derecho a seguir viviendo. Tus derechos, tu vida.