UGT critica la sentencia del TJUE sobre el complemento de pensiones por brecha de género y exige una reunión urgente con el Gobierno
La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT) manifiesta su profunda preocupación por la sentencia hecha pública hoy por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) en los asuntos acumulados C‑623/23 y C‑626/23. El TJUE considera que el artículo 60 de la Ley General de la Seguridad Social, en la redacción dada por el Real Decreto-ley 3/2021, incurre en una discriminación directa por razón de sexo al exigir a los hombres requisitos adicionales para acceder al complemento de pensión por brecha de género, mientras que reconoce este complemento automáticamente a las mujeres que hayan tenido hijos. A juicio del Tribunal , no basta con justificar la diferencia normativa por la existencia de una discriminación estructural contra las mujeres si la medida no se vincula directamente a una situación de desventaja individual y concreta.
El sindicato considera que esta interpretación ignora el objetivo real del complemento: reducir la brecha de género en las pensiones derivada de una desigualdad estructural y no puntual. Desde UGT queremos recordar que este complemento fue pactado en el marco del diálogo social – con la suscripción por parte tanto de las organizaciones patronales, sindicatos y gobierno- y convalidado en el Parlamento español al ratificar el mencionado Real Decreto-ley 3/2021 con el objetivo de reparar una desigualdad estructural: la que padecen las mujeres en su vida laboral y que se traduce en pensiones más bajas como resultado de carreras profesionales más cortas, su dedicación desproporcionada a los cuidados, y salarios más reducidos.
Los datos son elocuentes:
- En abril de 2025, la pensión media de los hombres ascendía a 1.568,33 euros, frente a 1.076,53 euros en el caso de las mujeres.
- Aunque la reducción de jornada es un derecho individual, el 83,5 % de quienes lo solicitan por guarda legal son mujeres, lo que evidencia el desigual reparto de las responsabilidades familiares.
- El 73,6 % de las personas ocupadas a tiempo parcial son mujeres (2.252.600 frente a 806.400 hombres), lo que impacta directamente en sus bases de cotización y, por tanto, en sus pensiones futuras.
A la luz de estos datos, los requisitos exigidos a los hombres —como haber interrumpido su carrera profesional por la crianza o haber sufrido una pérdida significativa de cotización tras el nacimiento de sus hijos— no son una discriminación, sino un instrumento lógico y proporcionado para garantizar que el complemento cumpla su función correctora de una desigualdad real y persistente.
La sentencia del TJUE plantea serios riesgos:
- Un aumento del gasto público en pensiones, al extender la percepción del complemento de forma universal y sin criterios correctores.
- La desnaturalización del complemento de brecha de género, al eliminar el enfoque de acción positiva dirigido a compensar los efectos de la discriminación estructural que sufren las mujeres en el mercado laboral y en la protección social.
De prosperar el criterio del TJUE sin matices, no solo se pondría en peligro el equilibrio financiero del sistema, sino que se vaciaría de contenido el objetivo por el cual este complemento fue creado: reducir la brecha de género en las pensiones. Esto supondría un grave retroceso en los compromisos adquiridos en el marco del Pilar Europeo de Derechos Sociales.
Por todo ello, desde UGT reclamamos con carácter urgente una reunión con la Ministra de Igualdad y la Ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, para evaluar el impacto de esta sentencia y acordar una respuesta conjunta que garantice el mantenimiento de las políticas de acción positiva necesarias para la igualdad real.
Finalmente, UGT considera imprescindible abrir un debate a nivel europeo sobre la adecuación de la Directiva 79/7/CEE de 1978 a las necesidades actuales. Una normativa que impide distinguir entre igualdad formal y desigualdad estructural no puede ser un obstáculo para implementar medidas que corrijan las discriminaciones reales que siguen afectando a millones de mujeres en Europa.
Porque sin justicia social, no hay igualdad. Sin igualdad, no hay democracia.
UGT – COMISIÓN EJECUTIVA CONFEDERAL