RUGE-UGT reivindica un Registro Nacional de Prácticas, un Centro Nacional de prácticas no laborales y crear la figura de los Agentes Sindicales de Becarios
Fuente: UGT Confederal
El portavoz de RUGE (Revolución Ugetista), asociación de jóvenes de UGT, Eduardo Magaldi, ha destacado hoy en una rueda para dar a conocer las conclusiones de un trabajo de investigación sobre prácticas no laborales en nuestro país que “en la gran mayoría de los casos, las personas en prácticas no tienen un aprendizaje real, ni una tutorización efectiva por parte de la empresa o centro formativo y que, en realidad, entran a realizar funciones en la empresa que no guardan relación con la titulación cursada”.
“Además, a lo largo de sus prácticas, en su mayoría no remuneradas, los estudiantes tuvieron dificultades para compatibilizar horarios de los centros de trabajo con sus obligaciones académicas, y respecto a los fraudes en prácticas no laborales extracurriculares, los jóvenes afrontaron abusos como no respetar horarios, exceso de jornada, no obtener un aprendizaje real, imposibilidad de coger permisos o días libres, o la figura del falso becario, que supone que la persona en prácticas desarrolla labores de trabajo productivo o estructural dentro de la empresa –prácticas que deberían transformarse en contratos formativos-”.
Eduardo Magaldi ha señalado que “estos fraudes suelen ser menos graves en las prácticas no curriculares –vinculados a un plan de estudios- mientras que los más graves se dan en mayor medida en las extracurriculares o en las curriculares de títulos propios en centros privados” y que los jóvenes no denuncian por miedo, desconocimiento de sus derechos y “porque ven que se ha normalizado el abuso sobre las personas jóvenes y el fraude en la contratación, algo que esperamos que cambie con las transformaciones introducidas por la reforma laboral”.
Magaldi ha explicado que “para evitar este tipo de prácticas, es necesario definir el marco legal de esta figura, porque, hasta ahora, están en un limbo y es muy difícil para la inspección fiscalizar esto, de manera que se da la fórmula perfecta para que las empresas abusen con total impunidad”.
El portavoz de RUGE ha subrayado que “todo esto tiene un gran impacto económico que se traduce en que del año 2014 a 2020, se hacen de media alrededor de un millón de prácticas no laborales que, traducido en jornadas de trabajo, serían unos 315.000 puestos de trabajo anuales y traducido a salarios supone un ahorro anual para las empresas de 3.300 millones de euros en salarios si aplicamos el SMI y de 1.312 millones que la Seguridad Social deja de ingresar”.
“Si tenemos en cuenta todo el periodo usado para el cálculo obtenemos que en los últimos siete años ha habido un ahorro de casi 20.000 millones en salarios y de más de 8.500 millones en cotizaciones a la Seguridad Social”, ha añadido.
La poca definición legal ha generalizado el abuso y la mala praxis de las empresas
En este sentido, Eduardo Magaldi ha manifestado que “es evidente que es necesario actuar ya para acabar con esta mala práxis tan generalizada y para ello es fundamental que el nuevo Estatuto del Becario establezca un Registro Nacional de Prácticas, y un Centro Nacional de prácticas no laborales que gestione este Registro en coordinación con la Inspección de Trabajo para mejorar la efectividad de las actuaciones contra el fraude”.
“Además, se debe potenciar la labor y la capacidad inspectora y endurecer las sanciones a las empresas que cometan fraude, pero también, promover la creación de los Agentes Sindicales de Becarios que velen por correcto funcionamiento de las prácticas no laborales en aquellos centros de trabajo donde no existan representantes legales de los trabajadores, entre otras propuestas del sindicato”.
“Hay que actuar contra este tipo de situaciones en fraude que degradan las instituciones educativas, perjudican a nuestro mercado de trabajo, privan de impuestos a la Seguridad Social y son nocivas para los estudiantes de nuestro país” ha finalizado.